Esto es lo que acaba de suceder en las montañas Magdalena, en el estado estadounidense de Nuevo México, donde el Observatorio de Magdalena Ridge (MRO) se eleva a 3200 m. El Observatorio, un símbolo de la ciencia y la investigación, lanza su mirada a las estrellas y al Cosmos.
Pero, para ello, se requiere una tecnología óptica de última generación. Esto incluye, por ejemplo, un telescopio de 2,4 m que permita ver objetos celestes a muchos miles de kilómetros de distancia. Este equipo de 36 toneladas, con la última tecnología, tuvo que ser trasladado hasta la cima de la montaña.
Terreno difícil para una carga delicada
«Las pistas empinadas, sin pavimentar y la ubicación remota hicieron que este proyecto fuera extremadamente peligroso», dicen los clientes del MRO sobre el trabajo. Requiere mucha experiencia y un equipo especial para desplazar esta carga sensible de manera segura y eficiente.
Los especialistas norteamericanos de la División de Movimiento Alternativo (AMD), que forma parte del MLHC Crane Group, recibieron el contrato. Durante la fase de planificación, rápidamente, se hizo evidente que los últimos 500 m hasta el destino final serían particularmente traicioneros.
Para conquistar este último tramo, AMD confió en su PowerMAX APMC autopropulsado de Faymonville con 4 líneas de eje y paquete de potencia (PPU). «Gracias a la combinación de la compensación hidráulica del eje y el ángulo de dirección de 60 grados, el PowerMAX APMC pudo mantener el telescopio en una inclinación de cinco grados. Esta medida fue congruente con las instrucciones específicas del fabricante», dice Jeremy Aslaksen, Coordinador de Ventas y Mercadotecnia de AMD, mientras explica los requisitos.
Paseando hasta la cima
Colgando del gancho de una grúa todoterreno Terex de 100 toneladas, la carga semicircular descendió con precisión sobre el remolque autopropulsado en espera. Se instaló un dispositivo de montaje especial en el PowerMAX APMC. Esto proporcionó la estabilidad necesaria, por lo que el telescopio estaría listo para hacer frente al estiramiento final.
Durante el tramo final hasta la cumbre, el vehículo se movió a paso lento sobre un terreno no pavimentado. Gracias a la enorme fuerza de tracción ejercida por cada uno de los ejes de transmisión, el tractor autopropulsado subió la montaña. Por fin, el telescopio alcanzó su destino final sobre una base que ya se había preparado para ello.
Para el Observatorio de Magdalena Ridge (MRO), fue un hito. Se espera que este nuevo dispositivo permita adquirir nuevos conocimientos astronómicos y acercar los cielos un poco más a la Tierra.